Habitación de Philip

-No seas muy bruto conmigo-le pedí con una sonrisa encantadora.

Me quité los zapatos y el pantalón en un momento.
-No te preocupes.-respondí.
Una vez lo desnudé observé su perfecto cuerpo antes de tumbarme sobre él. Sentir todo SU cuerpo hizo que me estremeciera. Volví a llevar la mano a su entrepierna, acariciándola de nuevo.

Mi respiración se aceleró al momento. Acaricié con suavidad su perfecto torso mientras besaba su hombro. Mi cuerpo temblaba como una hoja movida por el viento.

Pasé un brazo por su cintura y nos hice girar hasta quedar él encima.

Acerqué mi rostro hacia su perfecto cuello mordiendolo con frenesi, acariciando su espalda hasta llegar a su trasero, introduci las manos en su boxer y fui desplazandolas hacia los lados, llegando lentamente haciasu miembro, manteniendo mi rubor a pesar de todo.

Arañé su espalda de arriba abajo. Busqué sus labios agohando contra ellos un jadeo.

Gruñí al sentir sus arañazos y correspondí a su beso con ganas. Arañé su torso y lamí las heridas, para después besarle de nuevo.

Enredé una mano en su pelo evitando que se apartase. Volví a clavarle las uñas, esta vez en la nalga izquierda.

Me mordí el labio para no gruñir de nuevo y la sangre cayó sobre su pecho. Mordí su clavícula con un jadeo.

Arqueé la espalda involuntariamente. Acaricié su miembro con la pierna y le abracé fuertemente. Me sentía bien siéntole encima mía, era agradable. Giré la cara y lam´´i la sangre de sus labios.
-Ya no estás nervioso.-apunté.

-Ya te dije que soy una caja de sorpresas Sebastian-contesté mientras volvía a morderle.

-¿Tanto te gusta mi sangre?-pregunté.

-Me encanta, es dulce y a la vez ardiente-contesté con una sonrisa.

-Ya bebíste suficiente por hoy, ¿no crees? No sería bueno que te volvieses adicto a mi sangre.

Enterré el rostro en su cuello y exhalé mialiento helado sobre él.
-Está bien, me contedré-prometí en un susurro.

Acaricié su espalda distraidamente.

Me tumbé junto a él mientras acariciaba su torso con caricias suaves.

Me estiré y me tumbé bocabajo.
-No he sido demasiado bruto, como querías.

-Es cierto...no has sido my bruto-admití.

Enterré la cara en la almohada y me relajé del todo.

Le abracé pasando un brazo por su espalda y besé su hombro.
-¿Te has contenido por mí, Sebastian?-pregunté con interés.

-No exactamente.-contesté.-Lo he hecho porque estabas muy nervioso y si iba demasiado lejos podías hacerte daño y, sobretodo, hacérmelo a mí.

-¿Nervioso yo? Bueno...la verdad es que un poco-admití.

-Será peor cuanto más tenso estés, lo mejor es relajarse.-aconsejé.

-Está bien-contesté respirando hondo varias veces.