Habitación de Yale

Cogí las llaves con un movimiento rápido y ligero.
-Yo también lo espero.-sonreí sin apartar la mirada de sus ojos.

-¿A que se debe tanta prisa por librarte de mi?.-Hice un gesto pensativo y esperé.

-Lo siento, suelo malinterpretar las cosas.-Lancé la única mochila que traia hacia el interior de la habitación, esta fué a parar encima de la que seria mi cama, que esperaba utilizar más que cualquier otro vampiro.
-Por cierto, la habitación preciosa-Me mordí el labio inferior mientras sonreia.

No hice ni dije nada, simplemente me limité a sonreir aún más.

Solté una pequeña risotada, que no duró más de 3 segundos.-Como se nota que no me conoces.-susurré.

-Y así esta bién, sino, ¿Que tendria esto de diversión?.- Volví a morderme el labio.

-Lo haré, no lo dudes.-

-Hasta pronto.-Le seguí mirando mientras se alejaba , mordí mi labio por tercera vez, probocando algo de sangre.

Tras conseguir mí objetivo.
Llegue a mi habitación con una sonrisa en mi rostro, había batido mi propio record, me había tirado a un vampiro más antiguo que yo en apenas horas. Me desnudé nada más entrar a mi cuarto y me dirigí al baño, tome una ducha y me metí en la cama sin vestirme siquiera, me arropé con una fina sabana de seda y entre en trance.

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Apoyé el colchón contra la pared y tiré de las sábanas del de Yale, lanzándolas por los aires.

-¿Qué estás haciendo?, -Inquirí.

-Como quieras, solo te digo que me tendrás todos los días en tu habitación, me he encariñado con él- Me apoyé en la pared y le observe mientras cambiaba los colchones.

-¿Vamos a nuestra habitación?, -Reí pícaramente.

-Oh venga Pierre no te enfades-dije riéndome a contraluz-¿De veras crees que alguna vez no me dejaras entrar?-Hice una reverencia invitándole a salir de la habitación.-Te sigo majestad.