Un paseo por la inspiración

-No me compares contigo. Desde que llegué aquí he tenido tiempo suficiente de aprenderme todo el bosque, es imposible que me pierda.-repliqué.

-¿Quieres que te acompañe?-pregunté.

-Si vas a mantener esa actitud mejor no.-respondí.

-¿Qué actitud?-pregunté girándome hacia él y clavando mi mirada esmeralda en la suya.

-La de principito engreido que se cree el centro del mundo.-retomé mi paseo sin más.-Me molesta esa actitud cuando no eres realmente así.

Me coloqué delante de él en un suspiro.
-¿Qué sabrás tú de cómo soy yo?-dije visiblemente cabreado.

-Qué rápido olvidas nuestras noches juntos.-comenté con un aligera sonrisa.-Tan tímido y cálido...

-No soy cálido, y solo es una faceta, igual que las demás-contesté desviando la mirada.

-Resultabas tan adorable cuando te sonrojabas.-añadí ignorando sus palabras.

Fruncí el ceño y después volví a tomar mi expresión habitual.
-¿Qué intentas?-pregunté.

Le miré con cierta inocencia.
Nada. Si me disculpas voy a seguir paseando.-rocé sus labios con los míos a modo de despedida antes de alejarme.

-Nunca conseguirás que me pare en una sola faceta Sebastian, ya te dije que soy impredecible-comenté con una media sonrisa.

Seguí paseando sin prestarle mucha atención.
-Perfecto, pues.

Aparecí de nuevo delante de él y sin mediar palabra alguna, mordí su cuello con fuerza, enredando los dedos en su pelo, con un gruñido.

Me aferré a él, sorprendido. Pero, tras unos instantes lo aparté de mí.
-¿Qué te ocurre?-quise saber.
Aparentaba estar tremendamebnte enfadado, pero la verdad era que no me había disgustado para nada que actuase así.

-Te dije que era imprevisible. De todas formas, no me gusta que jueguen conmigo, solo quiero que lo tengas claro-le dije mirándole y relamiendo mis colmillos.-Ahora niega que no te ha gustado si te atreves.

-No me ha gustado.-pronuncié las palabras haciendo una pausa entre ellas.

-Pues lo siento, porque a mí sí-contesté.

Me llevé la mano a la herida y después a las labios, lamiendo la sangre.
-No te he preguntado, de todas formas.

-Lo sé, pero quería que lo supieses.-dije acercándome a unos centímetros de él.
-¿Te resulto desagradable?-.

Me pasé la punta de la lengua por los labios limpiándolos así de cualquier resto de sangre.
-No.

-Me alegra saberlo-dije con una sonrisa.

-No te aguantaría de no ser así, Philip.

-Lo sé-contesté dándole un beso en la mejilla.

Tiré un poco de él hacia mí al mismo tiempo que giraba la cara buscando su boca.