Dando un garbeo...

Cuando el sol asomó, decidi bajar al salon a socializarme pues tan solo conocia a leandro y en estos momentos se encontraba en sus aposentos. Comence a caminar hasta un elegante sofa donde me sente y empeze a pensar en las miles d cosas que podria vivir alli dentro.

Entré al salón despues de la pelea y encontré a una chica.
-Hola, soy Gabriella, encantada.-me acerque a ella

-Oh, hola no me di cuenta de tu presencia. Yo soy labender encantada-dije con una sonrisa.

Me senté en un sofá cercano, recordé que élla era la chica, que había encontrado eb la habitación de Leandro al salir. La mire y despues mire la copa de sangre, la verdad es que éso de hablar sobre lo mismo siempre, me aburría.

Se originó un breve silencio.
-¿Y...que te ha hecho venir a este lugar?.- pregunté, intentando no parecer entrometida.

-La verdad, ni yo misma lo sé.-dije mirandola mostrando por un momento una pequeña sonrisa, la verdad es que era algo que no sabía pues había pasado tiempo sola y no me hacía falta compañía, era mejor estar sola que en mala compañía.
-¿Y tú?-debía ser simpática al menos, ella lo era y yo aunque no me gustara mucho la gente debía ser agradable.

-No tenía donde ir...-respondi cortantemente.
-Me siento un poco angustiada ire a dar un paseo por los alrededores, ¿vienes?.-le dije, aunque la verdad, tenia la sensacion de que me iba a responder un no.

-Vale, ¿a dónde vamos?- la verdad es que no conocía casi nada de allí y salir estaría bien.

-Yo tendria pensado ir a la playa, me encanta ir alli para relajarme y reflexionar.-dije levantandome y dirigiendome hacia la puerta.

-Me parece bien.-me levante y la seguí.