Sin título

Alcé una ceja y rasgué la camisa de un fuerte tirón, después mordí en un costado de su torso, lamiendo después la sangre que salía de la herida.

-Adiós camisa.-suspiré.

-¿Y qué más da la camisa?-le dije sonriendo. Desabroché el cinturón y le miré.
¿Qué me darías a cambio?.

-¿Y lo de ayer qué? Esto es en pago por eso.

-Ya, pero aparte de esto quiero algo más por el cinturón, considéralo un extra-contesté con una sonrisa maliciosa.

-Mi sangre vale mucho, has bebido suficiente para pagar el extra.-comenté.

-Vaya, bueno en ese caso también te quedarás sin cinturón.-lo arrojé lejos de nosotros dos. Colé una mano por debajo de su pantalón y besé sus labios mientras le regalaba caricias suaves.

Sonreí impresionado. Acaricié su cara y su pelo.

-Aprendo deprisa Sebastian-le dije mientras acompañaba las caricias con besos por el cuello.

-Ya veo.-murmuré.

Le miré y después intensifiqué un poco las caricias, mientras con la otra mano arañaba y acariciaba su torso y sus brazos.

Tiré de él acercándolo a mí y le besé con todas mis fuerzas.

Le devolví el beso con igual intensidad, ahogando la respiración contra sus labios.

Arañé su espalda de arriba abajo antes de tumbarme sobre la hierba de nuevo. Le miré fijamente mientras trataba de regular mi respiración.

Le devolví una mirada intensa y arañé mi propio cuello haciendo brotar sangre que cayó por mi pecho.

Miré la sangre y luego a él. Me apoyé en el codo y bebí directamente de la herida, en lugar de lamer la que caia por su piel.

Subí la mano desde sus pantalones hasta su torso y lo acaricié a la vez que con la otra mano clavaba mis uñas en su espalda con un jadeo.

Gruñí sin dejar de beber ni un segundo.

Acaricié su pelo y besé su hombro mientras sentía cómo seguía absorviendo mi sangre.

Aparté un poco la cabeza y me relamí. Después, me senté en el suelo tratando de colocarme la ropa.

Caí a su lado al sentarse. Hice lo mismo y fui a por mi camisa. Me puse los pantalones y me senté de nuevo junto a él, ofreciéndole mi camisa.
-Quédatela, yo he roto la otra-le dije.

-no es necesario.-contesté quitándome la que llevaba y arrojándola a un lado.-No creo que en mi mansión se vayan a escandalizar por verme llegar así, si es que me ven.

Le miré y me puse la camisa. Después me lo pensé unos segundos antes de darle un beso en la comisura de los labios.

Le devolví el beso, pero en lugar de en los labios lo hice en la frente. Me puse en pie.
-Me voy.

Me levanté y me fui por el camino a mi mansión.
-Adiós Sebastian, espero verte pronto.,