Sin título

La luna iluminaba la superficie del agua dándole un aspecto místico al lago, pero a mí eso me importaba poco. Paseé por la orilla hasta llegar a uno de los sauces más grandes y apartados. Estaba seguro de que ahí nadie me molestaría. Me senté a pie del árbol, apoyé la cabeza contra el tronco y cerré los ojos.

Después de haber permanecido en mi habitación encerrado tenía ganas de salir a la intemperie. Caminé y caminé sin saber muy bien a dónde iba, pues no conocía aquello aún. Por fin llegué hasta un enorme lago iluminado por la luna, y al momento me giré hacia un árbol. Conocía aquel olor perfectamente, así que esbocé una media sonrisa y me acerqué.
-Buenas noches Sebastian-mi voz sonó suave y casi en tono bajo.

-Buenas noches, Philip.-contesté sin permitir que en mi voz se notase que no buscaba compañía.
Abrí los ojos y sonreí cordial.
-¿Cómo te va?

-Perfectamente, ¿y a ti?-contesté.

Me encogí de hombros.
-Como siempre.

Sonreí.
-Ya veo, ¿te importa?-pregunté sentándome a su lado.

-No, siéntate.-contesté apartándome un poco para dejarle sitio.

Me acomodé a su lado mirando hacia el lago.
-¿Qué hacías aquí tan solito?-inquirí con voz aterciopelada.

-Nada del otro mundo.-dije.-Me gusta este sitio, vengo algunas veces.

-Sí...es bonito-admití mirando alrededor.- ¿Estabas esperando a alguien?

Fruncí los labios.
-No, no esperaba a nadie.-admití.

-¿En qué piensas?-pregunté con curiosidad, mirándole.

-No recuerdo que dijeses que eres policia.-repliqué.

-Pues tú sí eres un buen delincuente, no sueltas palabra-contesté.

-Lo sé.

Suspiré resignado y me tumbé sobre la hierba, mirando el cielo.

Metí las manos en los bolsillos y volví a cerrar los ojos.

Al cabo de un rato me aburrí del silencio y recosté la cabeza sobre sus piernas.
-Háblame de algo, ¿en qué piensas tanto?-.

-No es nada, olvídalo.-murmuré con el ceño fruncido.

Le miré durante unos segundos y después cerré de nuevo los ojos.

-Háblame.-pedí.-Cuéntame qué estuviste haciendo antes venir aquí.

-Continué buscando sitios donde estacionarme por un tiempo más largo, pero ninguno era de mi gusto, por lo demás no hice nada en especial.-contesté.-Conocí unos cuantos vampiros.

-Mmm, qué interesante...-murmuré sarcástico.-¿Ninguno digno?

-No, ninguno-contesté con una media sonrisa.

Sonreí.
-Ya veo.