¿Nuevo destino?

Llegue a una mansión despues de un largo viaje desde Italia, la verdad es que pasear por mi ciudad natal , me habia reconfortado bastante, llame al timbre y espere. Me coloque el pelo y mire el anillo para comprobar que no lo había perdido.

Abri los ojos cómo platos, no podía ser ella.
-Ca..-parpadeé varias veces.-Cat,¿Eres tú?.-retrocedi un par de pasos no podia ser hacia años que no sabía nada de ella.

Sonrei y momentos despues me puse seria
-¿P...pero qué haces tú por aqui?-volvi a sonreir sin poder evitarlo no habia cambiado nada.

Enarque una ceja, por un momento me había dejado llevar por la añoranza, recorde entonces lo ocurrido y me torne seria.
-Tienes razón, tu no das explicaciones a nadie, aunque te importe...-la mire un momento y pase por el hueco que habia entre ella y la puerta, mire alrededor, en la estancia, era bastante bonita, quizás me hospedase allí.

Me retuve de realizar cualquier acción, para no dejar mi dignidad por los suelos, cómo se encontraba la suya.
-Ahora mismo, se encuentra bien, puesto que pude extraerle todo el veneno que tú le inyectaste.-no me moleste en darme la vuelta para mirarla segui observando el vestíbulo con detenimiento, entorné los ojos, habia algo alli que no me cuadraba.

Me acerque a una estatua y la inspeccioné con detenimiento.
-No finjas, que nos conocemos...sabes perfectamente, que tu objetivo era matarlo, aunque veo que gracias a mi tu plan falló.-sonrei tacando la estatua sin casi rozarla y despues me aleje.

Me dirigí a los jardines, notaba la presencia de un nuevo invitado.

-Hola, ¿Y usted es...?.-Alce una ceja con incredulidad.

-La jefa dice...-Musité en voz baja casi insonora.
-Sí, parece que somos del mismo clan-

-Que va, solo te destrozara la mayor parte de los huesos.-Volví a susurrar mientras se dibujaba en mi rostro una sonrisa.

-No pienso volver a operarte, Diane.-advertí reuniéndome con el grupo.-Eres como una niña pequeña cuando se trata de eso.

Gire la cabeza, aunque conocia perfectamente esa voz.
-Hola de nuevo sebastian-Hice una reverencia irónica y volví mi mirada al nuevo invitado que cada vez parecia más nervioso.