Casualidades

Me di la vuelta y le seguí a una pequeña distancia.
-Cuéntame, Percy, ¿qué tal te ha ido?-pregunté mientras observaba el lugar con más detenimiento.

Qué crueldad, ambos queríamos; pero como él era tan terco... Avancé hasta quedar a su lado.
-Me alegro, supongo.-respondí encogiéndome de hombros con las manos entrelazadas a la espalda.

Me quedé mirándolo de reojo con expresión tranquila y acaricié su mano con mi dedo indice, era tan suave y delicada. Me detube y aparté mi mano antes de que lo hiciese él.
-Percy...-empecé. Inmediatamente después decidí olvidar lo que le iba a decir.-Te veo bien.

Me giré hacia él y le examiné con la mirada, estaba bien.
-...-entreabrí la boca para hablar, pero antes de hacerlo volví ha cerrarla. Me incliné un boco sobre él y rocé su frente con mis labios de forma fugaz.-No quieres oirlo, creeme.-susurré apartándome después.

Me quedé mirándolo fijamente un segundo y después aparté la mirada de él y seguí andando con lentitud.

Me dí la vuelta y sonreí, inmediatamente después me puse serio, muy serio.
-Percy...-las palabras se atragantaron en mi garganta. Intenté tragármelas de forma inútil, al no ser capaz decidí soltarlo.- me gustas mucho.-añadí con rapidez como si con eso el mal trago de su rechazo pasase antes.

Caminé hacia él quedándome a escasos centímetros.
-¿Qué tal si por una vez te tomas en serio algo de lo que te digo?-gruñí entre dientes.-Eres tan... agh. Déjate llevar por una vez, ¿acaso crees qué yo pienso en ti como algo de una noche? Si es así te equivocas.-apoyé las manos en el tronco dejándole en medio y permanecí con la cabeza vencida hacia delante.

Alcé la cabeza para mirarle incrédulo. Juro que intenté no reirme, de verdad que sí, pero acabé soltando una carcajada. Retrocedí dos pasos entre risas.
-Perdón, perdón.-me disculpé aún riendo.

Se me cortó la risa en el acto.
-Como quieras.-repliqué retrocediendo aún más. El espacio, lo habia olvidado.

Bufé y abandoné el lago por el lado contrario.