Requiem por la muerte de un sentimiento...

Cantidad de envíos : 193 Fecha de inscripción : 05/12/2008

Sonreí divertido y le concedí el espacio que había interpuesto entre ambos.
-Pues ya sabes, puedes venir a practicar cuando gustes.

Cantidad de envíos : 229 Fecha de inscripción : 10/03/2009

-Gracias mi señor, es un enorme placer y un privilegio.. La música junto con la literatura son mis temas predilectos...-contesté algo tembloroso mientras volvia a ponerse de pie y dar un paso al frente para reverenciar a Pierre con educación.

-Y nuevamente le agradezco que me permita usar sus instumentos, los trataré como si de un preciado tesoro se tratase.-Volví nuevamente a reverenciar su persona antes de sonreir. comenzaba a sentirme un poco mas liberado de mi forma de ser y a sentirme algo mas comodo en esa enorme casa.

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Me acerqué y apoyé una mano en su hombro.
-Deja de hacer eso, no es necesario.
Clavé mis ojos en sus labios y desvié la mirada segundos después.

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Sin consciencia volvi a reverenciar parando antes de terminarla.-Disculpe, es la costumbre, me instruyeron en los mas estrictos modales, de ahi mi forma de tratarles a usted y a su hermano L..el señorito Lucien.

Comencé a rozar mi labio inferior con los dientes con suavidad y sonreia suavemente de medio lado.

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Me acerqué a escasos centímetros de su rostro.
-Lucien y tú parecéis llevaros muy bien…-susurré con una sonrisa.

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Aspiré con fuerza el aroma que sus labios desprendian quedando casi extasiado.

-Solo... tenemos algo en común, no mas....-Exalé el harie que alvergaba en mi interior despidiendo en su dirección mi propio aroma mientras mis manos se aferrabas a los bajos de mi camisa y mis ojos se cerraban con lentitud, hipnotizado por el ser que tenia delante.

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Así que no estaba interesado en mi hermano. Lejos de besar sus labios, me incliné y rocé su cuello suavemente con los míos.

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Por instinto de mi cuerpo ladee la cabeza dejando una mejor posibilidad de besar el cuello. La piel se herizó notablemente y de mi boca saió un sonoro suspiro, mi labio tembló rapidamente y mis musculos se relajaron al notar el contacto de sus labios. Estaba en un estado hipnotico y extasiado, mi mente completamente vacia e incapaz de pensar en nada, arrastrando a todo mi ser a no ejercer acción alguna.

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Deslicé mis manos hasta su cintura y pegué su cuerpo al mío. Mis labios recorrieron suavemente su cuello.

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Mis manos volaron hacia sus hombros, los cuales avaricié con suavidad mientras juntaba más y más mi cuerpo al suyo como si de imanes se tratasen mientras ladeaba la cabeza nuevamente para encontrar sus labios con los mios sin despegar los parpados.

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Besé brevemente sus labios deslizando mis manos hasta sus brazos y rodeando con ellos mi cuello. Recorrí su espalda hasta llegar nuevamente a su cintura y dibujar juguetonamente una línea donde comenzaba el pantalón.

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Me estremecí al notar el contacto de sus labios. Separé lentamente su cuerpo sin despegar mi boca de la suya hasta que por lejania se distanciaron.

-¿que...?-Me quedé parado mirando su rostro, no era el... No era la persona que imaginaba... Cojí aire y suspire.

-¿Como hemos llegado a esto?-Pregunte con frialdad cruzandome de brazos

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Sonreí ladeando la cabeza y clavando mis ojos en los suyos. No iba a conseguir más de él…por esa noche.
-Buenas noches, Alexander.-murmuré dando media vuelta.

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-Que descanse señorito Pierre...-Revrenecié su presencia antes de encaminarme hacia el violín de mi señor Lucien y acariciar sus suaves cuerdas produciendo una leve musicalidad.