Cam¡naba por la playa, me relajaba y hacia que me sintiera mejor.
La brisa golpeaba mi cuerpo y hacia rebolotear mi camisa y cabello.
De pronto, algo me golpeo la cara.No tardé en darme cuenta que se trataba de un folio, folio que me resulto familiar. Lo mire para confirmar mis sospechas y, en efecto un dibujo de Sebastian.
-Este chico no ha aprendido que no se debe contaminar-musité para mí, doble el dibujo y lo guarde en el bolsillo derecho de mi pantalón.