Sin rumbo.

Seguia atravesando el sendero, cada vez más rapido, no estaba seguro de porque corria pero esto hacia sentirme mejor, no sabia hasta donde iba a llegar, a este paso se acabaria el bosque en cuestión de minutos, aún así seguí corriendo.

-Bu.-dije apareciendo subitamente delante de él, obligándole a frenar en seco.

Mire tras de mí y pude ver como dos surcos habian quedado grabados en el suelo, debido a mi frenazo repentino.-¿Que pretendes?-

-Esperaba que tropezases, pero veo que no ha resultado.-respondí con fastidio observando los dos profundos surcos.-¿De quién o qué huias?

-De nada, corro por satifacción personal. Y deja de ponerte por delante, no creo que logres tu objetivo.-Puse los ojos en blanco.

-Te sorprendería la cantidad de veces que logré mi objetivo. Algunas veces fue realmente chistoso, hasta para mí.-mostré una pequeña sonrisa divertida.

-Dudo que precisamente tú me sorprendas.-

-Ah, crees conocerme, ¿cierto?

-Para nada, sé que no te conozco, y tampoco tengo mucho interes en hacerlo.-

-Totalmente mutuo.-respondí sin inmutarme lo más mínimo.

-Perfecto. Cuando quieras me dejas continuar mi camino.- Sonreí.

-Claro. Disculpadme, majestad.-respondí sarcasticamente mientras hacia una elegante reverencia.-No era mi intención interrumpir vuestro paseo.

-Oh claro, se me olvidaba que tu inteción era que calliese al suelo, realmente acogedor.-

Insoportable. Di un paso hacia uno de los lados del camino y con un gesto de la mano le invité a continuar su carrera.

-Mercí-Volví a correr de nuevo, dejando atrás a Sebastian y sus bromas.