Devuélvemelo.

Fui al lago, sabia que estaría allí, asi que llevé el cuaderno conmigo. Me detuve cuando estube a unos cuantos pasos y se lo tendí en silencio.

Negué con la cabeza.
-Era una forma de recordar viejos tiempos. Al parecer no soy el único que los echa de menos...-comenté.

-¡No es malo demostrar que algo te importa, Percy!-dije alzando la voz.- Eso no te hace dévil ante nada, encerrarte en ti mismo es lo que te hace dévil. Supera ese miedo que pareces tener a relacionarte y permite que alguien se te acerque.

Avancé hasta él y le abofeteé varias veces.
-No quiero volver a verte.-dije agarrándole por el cuello con fuerza. Acabé arrojándolo a un lado y me marché de allí.

Mi resolución se disolvia a cada paso que daba y al llegar a los límites del bosque que rodeaban el lago ya casi había desaparecido. Había dicho que no quería volver a verle y estaba ahí, un par de pasos más y le vería. Quería verle pero me mantuve donde estaba. Suspiré y avancé hasta la primera fila de árboles manteniéndome allí apoyado unos segundos.
-Percy.-le llamé abanzando hacia él. Me preguntaba qué hacia allí... la respuesta era obvia, demasiado. Me dejé caer a su lado, como siempre, a una pequeña distancia.-¿Cara bonita?-pregunté pasándome la mano por ella.

-No te estoy mirando.-y era cierto mantenia la vista fija en el agua.-¿Qué heridas? Te he pegado un bofetón no un zarpazo y además, tampoco te he pegado tan fuerte-le recordé. Yo sí que sonreí, pero él no lo vio.

-Percy, te lo diré claramente: Me resbala si te incordio. No pienso acerte caso. Te toca aguantarte y cumplir mi deseo, porque lo hagas una vez no te va a pasar nada.

Le observé de reojo.
-Eres más terco que una mula.-me quejé. Estiré el brazo y agarrándole de sus ropas volví a sentarlo en el suelo.-Te enfadas por una bofetada cuando tus palabras son peores.

Siseé poniéndo los ojos en blanco. No había habido ni un segundo de contacto. En fin, era Percy.
-No te estoy tocando.

Me pasé una mano por el rostro y me crucé de brazos. Que hiciese lo que le diese la gana, yo podía ser inmortal pero mi paciencia; no y yo ya estaba harto de hacer el idiota pidiéndole audiencia. Audiencia, sí. No había otra forma de llamar a aquello, todo dependia de si su alteza real Percy estaba de humor o no y, de no ser así, obviamente debía marcharme.