Salí a dar una vuelta y acabé en el cementerio. Pasee entre las tumbas observando cada uno de los detalles que las componían, me agradaba ese lugar, allí al menos nadie molestaba a otros con estupideces. Aparté las hojas secas de una de ellas y me senté. Envidiaba un poco a cada uno de los cadáveres que allí había, me pregunté cómo habrían sido sus vidas. Echaba tanto de menos la mía, tan libertina… Suspiré hacia mucho de eso.