Nombre: Evan Neroaki
Fecha de Nacimiento: 7 de Febrero de 1622
Fecha de Transformación: 11 de Junio de 1639
Edad humana: 17 años humanos.
Originario de: Atenas, Grecia.
Clan perteneciente: Norwel.
Descripción física:
Altura de 1,90 metros. Cuerpo marcado y de piel fina y pálida como el hielo, tan fría como este. Pelo largo hasta el cuello de un color castaño oscuro. De facciones atractivas. Su mirada es penetrante y sincera. Sus ojos son de un color Esmeralda intenso, que extrañamente parecen relucir a la luz de la luna. En el pectoral derecho tiene un tatuaje con forma de simbolo celta, una triqueta, y en la pierna izquierda tiene una cicatriz que se extiende desde la rodilla hasta el pie.
Viste con ropas ligeras pero levemente ceñidas. De vez en cuando suele usar atuendos de cuero para pasar inadvertido.
Descripción psicolígica:
Serio y de pocas palabras. No es agresivo en sí, pero quien le provoca puede acabar muy mal. Es de esa clase de personas que prefieren quedarse al margen de todo y vivir en su mundo. Sincero y cuidadoso. Procura no hacer dañó a alguien sino tiene motivos para ello. A veces siente compasión por otras gentes, lo que hace pensar que no es malo. No es vengativo ni traicionero. Es más, siempre que puede intenta ayudar a las personas que él considera especiales.
Historia:
Nacido en Atenas, Evan fué un niño feliz. Siempre jugando y divirtiendose y con el cariño de un padre y una madre que lo adoraban. Su familia no pertenecía a la nobleza pero eran muy buen considerados allí. Evan creció hasta convertirse en un adolescente terriblemente atractivo para todas las gentes. Viajó solo a Italia a los 17 años para conocer mundo y así alejarse un poco de su tierra natal. Le pareció fascinante todo aquello. Cuando iva a regresar a su casa en barco, la noche anterior, cerca de la casa donde se alojaba se encontraba un bosque. Al que se adentro a la noche, ya que le habían dicho que en él existía un claro digno de ver. Se adentró y lo encontró. Allí vió a un hombre, tan bello como lo era él. Evan se dejó cejó por él y no fué capaz de reacionar ante lo que sucedió. Este hombre se acercó a él y mirandole a los ojos le dijo: "Un hermoso rostro como el tuyo no merece sufrir las agonias de la vejez..". Evan se extrañó de lo que le dijo y sin darse cuenta ese hombre se le lanzó encima incando los dientes en su cuello. Evan notaba como el veneno recorría sus venas haciendo que su sangre hirviera con intensidad y dolor. Evan miró al cielo y al dislumbrar la luna noto como sus colmillos se alargaban lentamente y con fuerza y una mueca de furia en su rostro empujó a aquel vampiro contra una roca. Este se levantó y antes de marcharse corriendo a una velocidad pasmosa le dedicó una sonrisa de medio lado. Evan se miró a si mismo y se dió cuanta de lo que había sucedido. Ahora era un vampiro. Un ser inmortal. No podría regresar a su hogar ni volver a ver a sus seres queridos.