Terminando con el cambio

-¿Qué vas a hacer con el roto?-pregunté aunque en realidad no me importaba lo mas mínimo lo que hiciese con él.

Me senté en la silla que había al lado de la cama, sin apartar la mirada de Pierre, sentía deseos de volverle a besar, acariciar su pelo, estrechar su cuerpo, y sabía que podía hacerlo. Pero quería que se acercara él, cosa de la que ya no estaba tan seguro de que hiciera.

Un escalofrió recorrió mi cuerpo cuando sus delicados dedos me rozaron, suspire y me deje caer en el sillón, sin quitarle un ojo de encima.

No sabía exactamente qué es lo que quería Pierre, mejor dicho, no sabía ni lo que quería yo mismo. Lo único que sabía con exactitud en aquel momento, es que me encontraba a gusto, y que me moría por rozar sus labios.
-Lo intentaré-susurré en su oreja, acerque mis labios junto a los suyos y me fundí en un apasionado beso.

Mi boca mostró una delicada media sonrisa al percibir las extremadas ganas de Pierre, todo empezaba a ser mucho más divertido, introduje mis manos por debajo de su camisa y empecé a acariciar su espalda.

No pude evitar reír para mí, deposité un beso en su cuello y retire lentamente su mano del interior de mis pantalones.-Si vas tan rápido, apenas habrá emoción cielo-susurré en su oído.

Mantuve la mirada clavada en sus ojos, sin dejar de sonreír, me estire en la cama y esperé.

-Todo para ti-susurré.
Acaricié su cabeza entrelazando mis dedos con su hermosa cabellera.

No pude evitar morderme el labio hasta hacerlo sangrar, me excitaba cada vez más, pero no quería concluir tan rápido, me había encaprichado con torturar a Pierre lentamente, quería volverle loco, y para ello no debía caer tan pronto, aún no. Tiré bruscamente del pelo de Pierre, dirigiendo su cabeza junto a la mía, quedándonos de frente, a escasos milímetros. Penetre en su mirada y otro golpe de excitación me recorrió el cuerpo.
-Me encantas-jadeé, mordí ligeramente su labio inferior y me volví a alejar, eso sí no más de un par de centímetros.

Desabroché los dos primeros botone de su camisa, me acerque a su oreja izquierda y mordí su hélice.

Lo noté, no ahora no, ¿Por qué?, me destrozaría una larga noche de pasión, malditas musarañas…Sabia que no tenía más remedio, debía irme, tenía que irme si no quería….
Retire lentamente a Pierre, no debía enterarse de nada, no podía y no lo iba a hacer.
-Tengo que irme.-Soné lo más cortante posible, me levanté, salí de su dormitorio cerrando la puerta tras de mí, y me dirigí a mi cruel destino.