Percy Adonais

Nombre completo:Percy Adonais Shelley.
Fecha de nacimiento: 4 de Agosto de 1792.
Fecha de transformación:1 de Julio de 1822.
Edad: 30 años humanos.
Origen: Lesbos, Grecia.
Clan: Norwel

Descripción física:
Percy cuenta con unos preciosos ojos de un azul muy intenso, dos turquesas en la marmórea perla que es su rostro. Su llamativo cabello pelirrojo enmarca sus rasgos, tallados, afilados, pero no por ello menos hermosos. A diferencia de lo acostumbrado en otros vampiros, sus labios no han perdido en gran medida el color. Su largo cuello termina en unos hombros no demasiado anchos. La andrógina y escuálida figura de Percy, combinada con sus estudiados y elegantes movimientos, convierten al joven en una bella serpiente de forma humana. Lejos del tópico, su más que considerable altura es llevada con un equilibrio envidiable. Sus delicadas manos jamás han probado el trabajo duro.

Descripción psicológica:
Percy es inestable. Altamente inestable.
Adonais es poeta. La poesía es Adonais. Cadenas invisibles oprimen su pecho, lo que le lleva a pasar poco tiempo en residencias fijas en su obsesión por huír de amistades duraderas. Misántropo convencido, Percy nunca gozó de los placeres carnales que la vida brinda a un alma que carga con treinta estíos, pues su juventud se caracterizó por la autorreclusión y las grandes depresiones. En otras palabras, su cuerpo no ha sido profanado aún. Encerrado en sus libros, Adonais se oculta entre cuatro paredes imaginarias que lo aíslan de todo menos de su más fiel compañera: la soledad del genio creador.
Suele resultar excesivamente desagradable con todo ingenuo que pretenda entablar una relación con él; su origen le infundó la malsana costumbre de mirar por encima del hombro.

Historia:
De padre inglés y madre helena, Percy Adonais nació en la isla de Lesbos. Su madre huyó de Londres poco antes de dar a luz, volviendo a sus orígenes tras una de las constantes discusiones con el señor Shelley, pilar de la sociedad del momento. De ese modo, el pequeño pasó su infancia y su adolescencia entre profesores de categoría, sirvientes y niebla, alternando el frío londinense con cálidas playas y hermosos atardeceres lesbios. A sus 16, Percy abandonó ambos hogares y se dedicó a viajar, siempre sin más compañía o equipaje que una pluma y un par de hojas. En 1822, encontrándose entonces al Norte de Europa, sufrió el acoso de una mujer sin nombre, quien le arrebataría los latidos de su romántico corazón para entregarle a cambio la eternidad, que él interpreta como un cruel castigo. Dedicó parte de su no-vida a errar por Italia. Sin hogar, sin compañero, sin más refugio que el cementerio protestante de Roma.